Largas jornadas laborales, falta de descanso, mala paga y falta de legislaciones nacionales hacen del trabajo doméstico en muchos países una forma de la esclavitud. Queremos reflejar algunos de los cambios que están teniendo lugar en América Latina en relación con el trabajo decente para las y los trabajadores domésticos.
Por Gabriela De Cicco
De acuerdo a lo informado en el estudio “
Trabajadores domésticos en el mundo”(1), realizado por la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), y que fuera presentando en el mes de enero de 2013, alrededor de 52,6 millones de personas en el mundo – el 83% mujeres – están empleadas como trabajadores domésticos. El 29,9% están excluidas/os de la legislación laboral nacional y el 45% no tiene derecho a los descansos semanales y/o vacaciones anuales pagas. Más de la tercera parte de las trabajadoras domésticas no tiene derecho a la protección de la maternidad.
El 16 junio de 2011 se adoptó el
Convenio 189 sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos y la
Recomendación 201 de la OIT. Ambos tienen como objetivo garantizar las condiciones de trabajo y remuneración decente para las y los trabajadores domésticos en todo el mundo. Hasta el momento cinco países han
ratificado el convenio: Filipinas, Italia, Mauricio, Bolivia, Nicaragua y Uruguay.
Las trabajadoras y trabajadores domésticos en situación de mayor vulnerabilidad son especialmente las y los migrantes y quienes viven en el hogar de las personas que las emplean. Las y los trabajadores migrantes, muchas veces por desconocer el idioma o las leyes locales, no pueden defenderse de las prácticas abusivas, esclavizantes a las que se les somete; muchas veces se han presentado casos de violencia sexual y/o física, violencia psicológica y también el no pago de salarios. La residencia en el mismo hogar crea una dependencia total con el empleador ya que la y el trabajador deben estar disponibles para cuando quiera que se le necesite.
Se calcula que en América Latina y el Caribe hay 19,6 millones de trabajadores domésticos, de los cuales 18 millones son mujeres, siendo así la región con mayor porcentaje de personas que realizan trabajo doméstico.(2) En los últimos meses, Brasil y Argentina (sin haber aún ratificado el Convenio 189) avanzaron en el ámbito de lo legal al promulgar importantes leyes que reflejan muchos de los objetivos plateados por aquél, intentando adecentar el trabajo en las casa particulares.
Brasil
Según la OIT Brasil tiene 7 millones de personas realizando este tipo de trabajo, de las cuales sólo el 27% está registrada formalmente. Hasta la semana del 26 de marzo de 2013, las trabajadoras/es domésticos eran considerados en ese país, en su Constitución nacional, como una categoría especial de trabajadores, en muchos casos casi esclavas/os. Ese día, tras la presión de representantes de sindicatos y federaciones de empleadas y trabajadores domésticos, el Senado aprobó una ley que amplía los derechos laborales de aquellas/os.
La Propuesta de Enmienda a la Constitución (PEC) 478/10, aprobada por unanimidad en el Senado, garantiza que el personal del hogar, incluyendo también a cocineros, jardineros, chóferes, cuidadoras de bebés y personas mayores, reciba, por ejemplo, el 40% del
FGTS(Fondo de Garantía de Tiempo de Servicio) en el caso de despido improcedente, el seguro de desempleo; el horario nocturno se pagará un 50% más; las jornadas laborales tendrán un máximo de 8 horas diarias y de 44 horas semanales. La enmienda constitucional hace justicia y equipara a las trabajadoras domésticas con el resto de las/os trabajadores del Brasil.
Para la presidenta del
Sindoméstica (Sindicato das Empregadas e Trabalhadores Domésticos) del área Metropolitana de São Paulo, Eliana Menezes, la aprobación de la PEC es la "segunda abolición de la esclavitud" en Brasil. "Tenemos sirvientas que trabajan 18 horas al día. Están sujetas a las reglas sus empleadoras/es dentro de sus casas."(3)
Con los cambios estipulados en la ley, el costo de tener una empleada doméstica en Brasil podría incrementarse entre el 18% y el 40%, dependiendo de su situación laboral individual. Hay ya quienes especulan que por el desaceleramiento económico de los últimos años y con este aumento se podría terminar en un incremento del desempleo en este sector. Creuza Oliveira, presidenta de la
Federación Nacional de Empleadas Domésticas, asevera con tono positivo que desde que se conquistaron sus derechos en la Constitución de 1988, todo el mundo “decía que habría desempleo, pero el número de empleadas sólo creció. Siempre te asustan así al comienzo, pero la polvareda luego baja”.(4)
En Brasil, como otros países de la región el cruce de clase y raza ha marcado y guiado la falta de regulación de las leyes de trabajo doméstico. Justamente unos días antes de la votación de la ley, organizaciones de derechos humanos y la
Asociaçao Cultural de Mulheres Negras (ACMUN) denunciaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el
trato sexista y racista del que son objeto las empleadas domésticas afrodescendientes en Brasil, víctimas de una "doble discriminación". La organización
Global Rights y la ACMUN “lamentaron un racismo estructural en un país en el que durante la última década los negros han pasado a ser la mayoría de la población, y que se agrava especialmente en un colectivo como el de las empleadas domésticas”.
Argentina
El 13 de marzo de 2013 la Cámara de Diputados votó de manera unánime y convirtió en ley un régimen que regula las relaciones laborales de los trabajadores de casas particulares. La
Ley 26.844 (Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares) modifica el
decreto-ley Nº 326/56, que continuaba vigente desde 1956 y que fuera promulgado por el dictador Pedro E. Aramburu.
Argentina tiene
1,2 millón de trabajadores en este sector, en su gran mayoría, mujeres, y la precariedad laboral alcanza al 80% de ellas. En muchos casos, como en Brasil, y otros países, se han visto situaciones de servidumbre y esclavismo. Más del 80% de las trabajadoras domésticas no se encuentran registradas en el sistema de la seguridad social y es por esto que no tienen acceso a obra social, ni protección frente al despido o cobertura médica por accidentes de trabajo. Comparativamente reciben un salario mensual que es la mitad de lo que en promedio reciben el resto de las y los trabajadores informales y es apenas la cuarta parte del que reciben quienes están registrados.
La ley viene a actualizar y ampliar los derechos de las/os trabajadores del sector incluyendo y regulando la licencia por maternidad (antes no se reconocía), las vacaciones serán pagas, se tendrá derecho a percibir aguinaldo e indemnización por despido, y se limita la jornada de trabajo a 8 horas diarias y 48 semanales. Para quienes residen en el hogar de las/os empleadores, se fija en 8 horas ininterrumpidas el reposo nocturno y un descanso diario de 2 horas entre las tareas matutinas y vespertinas. Se consideran nuevas licencias especiales: en caso de matrimonio, de fallecimiento de cónyuge, conviviente, hijos o padres.
México
Según el
análisis del diario La Jornada, México estaría observando lo que puede ocurrir en Brasil, lo que podría inspirar el poder llevar los cambios necesarios en su legislación, que afectarían más de 2.3 millones de trabajadores domésticos, la mayoría mujeres cuyas edades oscilan entre los 12 y 70 años.
México fue uno de los países que en junio de 2011 votó en favor del Convenio 189 durante la Conferencia Internacional del Trabajo. Desde hace más de un año diferentes organizaciones de mujeres trabajadoras y sindicatos vienen exigiendo que junto al Convenio 189 se ratifiquen también los siguientes Convenios de la OIT: el 156 que rige sobre la igualdad de oportunidades y de trato entre trabajadores y trabajadoras con responsabilidades familiares y el 183 que sobre la protección de la maternidad de las mujeres. A comienzos de Abril de 2013 trabajadoras domésticas realizaron un plantón ante el Senado mexicano, para demandar a los legisladores que ratifiquen el Convenio 189 y su recomendación, a fin de que se respeten los derechos laborales de este sector. En junio próximo México debería ratificar, a través del Senado, el Convenio 189 de la OIT y la recomendación 201.
Marcelina Bautista, directora del
Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar, señaló, en entrevistas en la prensa, la falta de voluntad política de senadores y del gobierno federal de legislar para el reconocimiento de sus derechos. Bautista recordó que por lo que se está reclamando en por el horario justo de trabajo, reconocimiento de las vacaciones, de días feriados, pago del aguinaldo, seguridad social, jubilación, que se respeten los días de descanso obligatorio, que se de indemnización en caso de despido injustificado, así como un trato respetuoso. También señaló que con la anterior reforma laboral sólo se les reconoció el derecho a dormir ocho horas, pero que aún tienen jornadas laborables de 12 horas, de esta manera se les hace imposible aspirar a mejores condiciones de vida, por ejemplo, a través del estudio.(5)
Desafíos:
La promulgación de leyes que regulen el trabajo doméstico y que reconocen derechos antes nunca considerados son un gran paso pero no aseguran de por sí el cumplimiento de las mismas. Sin duda, la educación vía la difusión de las leyes y los derechos jugará un papel clave a la hora de poder ir, denunciar y defenderse ante injusticias que antes habrían quedado en la nada ante la falta de un marco legal.
La Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA), el Comité de Mujeres Trabajadoras de las Américas (CMTA) y la Confederación Sindical Internacional (CSI), lanzaron el 18 de agosto de 2011, en Lima, Perú, una
campaña regional para la ratificación del Convenio sobre trabajo doméstico. Iván González, coordinador político de la CSA (6), señaló en aquel momento que la Campaña pretende presionar a los Estados a ratificar el Convenio por medio de leyes nacionales, y además sensibilizar a las/los legisladores y empleadores como también lograr que esto forme parte de las discusiones y luchas laborales de las/os trabajadores. Para él es fundamental que las/os políticos comprendan la importancia del Convenio y trabajen para su ratificación. Algunas de las estrategias sería realizar acciones conjuntas para impulsar así los procesos de ratificación del Convenio 189 en la región y lograr que se aplique de manera efectiva luego de haber sido adoptada por los Estados.(7)
Notas:
1) Este estudio excluyó las cifras de las/os niños trabajadores domésticos menores de 15 años, que la OIT estimó en 2008, que serían alrededor de 7,4 millones.
2) Las cifras del resto del mundo de acuerdo a los cálculos de la OIT son: Asia y el Pacífico: 21,4 millones, África: 5,2 millones, los países desarrollados: 3,6 millones y Medio Oriente son 2,1 millones.
4) Ibidem
Más lecturas: