martes, 25 de octubre de 2011

La Hegemonia ‘LGBT’

Judith Avory Faucette escribió este articulo, el cual es parte de Tsk Tsk: Stigma, Shame, and Sexuality, una serie organizada por Gender Across Borders y posteada a su vez por RH Reality Check junto con Ipas.

Traducido por Beatriz Sotomayor[i]

Tomado de

http://www.genderacrossborders.com/2011/09/20/the-hegemony-of-%E2%80%98lgbt%E2%80%99/

http://www.rhrealitycheck.org/blog/2011/09/19/hegemony-lgbt%E2%80%99

La corriente occidental del movimiento LGBT se ha convertido en un monolito comercializado desde la "liberación gay" de los sesentas y su impacto de ninguna manera se limita a los EE.UU. y Europa.

La corriente principal de este movimiento no sólo tiene una mentalidad "con nosotros o en contra nuestra" que exige a la gente queer que sale del closet, que lo haga como L, G, B o T solamente, o se quedan atrás, sino que también crea una definición muy estrecha de los géneros y sexualidades aceptables. El movimiento entonces castiga a aquellxs que no encajan en esta definición, estigmatizando no solo las identidades no-convencionales y sino que también negándose a permitir que estas minorías estigmatizadas tengan una voz sobre las prioridades legislativas y políticas.

Hay innumerables ejemplos de cómo la corriente principal del movimiento LGBT usa el estigma para limitar el acceso al establecimiento de la agenda legal y política solo a aquellxs que cumplen sus estrechos criterios de identidad. En este post me gustaría hacer hincapié en dos lugares en particular: el ejemplo de lxs kathoeys que conforman un tercer género en Tailandia y el ejemplo de géneros y sexualidades queer alternativas en los EE.UU..

En Tailandia, como Sonia Katyal describe en su obra "Exportando Identidad" (14 Yale Journal of Law and Feminism 97-176), hubo un entendimiento tácito antes de que la corriente occidental del movimiento LGBT se presentara. Existían tres géneros: masculino, femenino, y kathoey. Si la palabra "gay" aparecía a estas alturas, era probable que se refiriese a unx kathoey, pero lo que lxs occidentales llamaríamos "comportamiento homosexual" era generalmente privado. Cuando el movimiento LGBT occidental llegó en la década de 1980 siguiendo los pasos de la globalización y la propagación de la crisis del SIDA, una nueva imagen identificada con la masculinidad del hombre gay se presentó en la cultura tailandesa. Lo "gay" se hizo público, y busco legitimidad a través de la masculinidad.

La palabra "gay", plantea Katyal, puede haber entrado en uso común en Tailandia específicamente para distinguir de lxs kathoeys a estos hombres masculinos identificados como gays y alineados con el movimiento occidental. Mientras que la identidad de género no había sido regulada previamente por el Estado, la adopción del modelo occidental LGBT en Tailandia hizo público lo privado. Los hombres gay tailandeses estigmatizaron a lxs kathoeys, alienando tanto a la identidad kathoey, como a la expresión de género afeminada. Los gay tailandeses comenzaron a definirse a si mismos en oposición a lxs recientemente estigmatizadxs kathoeys, quienes entonces fueron socialmente y legalmente sancionadxs debido a su visibilidad pública. Irónicamente, también se convirtieron en un blanco fácil para lxs agentes estatales que se opusieron a la llegada del movimiento LGBT a Tailandia.

Este cambio en las concepciones de género y sexualidad condiciona el acceso a las prioridades legales y políticas en Tailandia. Como explica Katyal, la identidad kathoey no es una sexualidad pública, por lo tanto derechos tales como la protección de la discriminación basada en la orientación sexual y la libertad de identificarse como gay sin ser acosadx son mucho menos importantes para esta población que derechos como la privacidad, la legalidad de los actos sexuales privados, el derecho a la educación, y la capacidad de identificarse legalmente como un tercer género.

El modelo occidental LGBT también es perjudicial, ya que trata de abordar todas las cuestiones de identidad de género mediante el uso de una concepción occidental de la identidad transgénero. Géneros no-binarias son estigmatizados o simplemente borrados. Por ejemplo, un artículo de la revista TIME 2008 confunde la identidad kathoey con la identidad femenina transgénero y se enfoca en documentos de identidad y baños. Aunque hay algunas personas en Tailandia que encajarían en la definición de la palabra inglesa "transgénero", estxs están agrupados con lxs kathoeys en Tailandia. La definición original de Kathoey está más cerca de "tercer género", y muchxs kathoeys no quieren hacer la transición de hombre a mujer, sino que se lxs considere como un género aparte que debe ser reconocido legalmente como tal.

Esto no es sólo un problema en Tailandia. Mi propia experiencia en los Estados Unidos es que las minorías queer son a menudo dejadas de lado y estigmatizadas, alentadas a sentir vergüenza por no encajar perfectamente en la corriente principal del movimiento LGBT. Aquellxs que practican sexualidades alternativas -por ejemplo, poliamor o estadounidenses kinky queer - son particularmente estigmatizadxs porque el movimiento LGBT trata de centrarse en la familia, la asimilación y el matrimonio. Cualquier persona que se desvía en la fluidez de género o tiene valores sexuales alternativos se arriesga a ser evitada, ignorada o activamente rechazada por lxs grandes jugadorxs en el movimiento LGBT, cuyas prioridades incluyen el matrimonio, la adopción y gays en el ejército.

En los medios de comunicación, los principales líderes de LGBT comparten los temores conservadores acerca de hombres vestidos de cuero en los desfiles, drag queens enseñando a sus hijos, y que con el lenguaje de la asimilación se deslicen por una pendiente resbaladiza hacia la poligamia. "Somos igual que tú", estxs vocerxs se apresuran a tranquilizar. "Tenemos familias normales, nuestrxs niñxs van a la escuela, y nuestra identidad no es sobre el sexo."

Como alguien que escribe y habla de sexo, es pro Kink y es abiertamente poliamorosx, soy desanimadx a ser demasiado vocal en los espacios convencionales. No me siento cómodx asistiendo a muchos talleres de activistas o a reuniones sociales porque no entro en la sigla LGBT como activista queer, genderqueer. En línea, he encontrado algo de apoyo en los márgenes, pero me desaniman discusiones como ésta en Queerty, donde los comentaristas gays y lesbianas adoptan la actitud que las personas trans, que carecen de dinero y el poder, simplemente tienen que vivir con el hecho de que sólo las prioridades LG (B) se lograrán. Los números de gente de género fluido, genderqueer, y la gente no binaria, por supuesto, es aún más pequeño.

Aun cuando las siglas se expanden (QUILTBAG[ii] es la más amplia que he visto hasta ahora), el uso de una sigla aliena a aquellxs que no pueden reclamar una o más letras y el movimiento todavía tiende en realidad a centrarse en la L y la G, y mucho más infrecuentemente, en la B y la T. Otrxs pueden tener una letra, pero eso es prácticamente todo lo que tenemos. Por ejemplo, he visto como con frecuencia los temas que son en su mayoría de importancia para los géneros no-binarios , como el problema del "Hombre o Mujer" en las casillas de los formularios se describe como una "cuestión transgénero", lo que significa que mucha gente no-binaria puede no ser capaz de encontrar las discusiones que son importantes para nosotrxs. Se nos anima a esforzarnos en entrar en la T tanto como sea posible, y si no, los recursos y el apoyo simplemente pueden no estar disponibles. Mientras que las identidades trans son estigmatizados por un lado por muchos gay y lesbianas, la fluidez de género es estigmatizada por el otro. Aun cuando lo "queer" es parte de la sigla, esto significa poco en la práctica.

En mi experiencia, el estigma opera como una fuerza silenciosa para mantener nuestras prioridades en un segundo plano. No es sólo la virulencia en algunos comentarios lo que me hace pensar dos veces antes de mostrarme explícitamente como poliamorosx, defendiendo el derecho legal a la práctica Sado & Bondage, o criticar con fuerza el movimiento de los matrimonios del mismo sexo. Es un miedo con el que yo vivo habiendo escuchado durante años comentarios "inocuos" sobre el género y la sexualidad, la clase de temor que se acumula en una comunidad marginada que es objeto de estigma y vergüenza. Es un miedo que viene de no oír muchas voces como la mía y por lo tanto permitiendo que el estigma tenga algún poder sobre mí. La posibilidad de que realmente yo pueda sólo ser rarx y mis prioridades poco razonables.

Este miedo es muy poderoso, ya que no requiere de una voz constante para mantenernxs sometidxs. Yo no tengo que preguntarle a mi jefe si me despediría si hablara abiertamente de mi género y mi sexualidad. No tengo que sondear a las organizaciones en que me gustaría trabajar un día para preguntarles cómo se sentirían si buscaran mi nombre en Google y encontraran un artículo sobre las sexualidades alternativas. Sé que la pérdida de oportunidades y de medios de vida es un peligro real si soy abiertx sobre mi género y sexualidad marginadxs. También sé por los ejemplos anteriores que no es probable que la corriente principal de la comunidad LGBT me apoye y que es una gran batalla cuesta arriba para acumular fondos suficientes para alcanzar mis prioridades políticas.

Sin embargo, me gustaría terminar con una nota de esperanza. Si se sienten marginadxs por el movimiento LGBT, dondequiera que vivan, hay esperanza de cambio. Si podemos encontrarnos unxs a otrxs, empezar a construir nuestros propios movimientos, y encontrar formas creativas para ser sustentables, entonces podemos empezar a cambiar la conversación. Desde un lugar de estigma, se puede decir "basta" y construir orgullo alrededor de nuestra identidad sin necesidad de que nadie en nuestra comunidad se sienta constreñidx a ciertas formas de género o sexualidad.

Si esto te suena bien, por favor sígueme en twitter: @queerscholar o considera la posibilidad de contribuir al proyecto de vídeo YouAreNotAlone, una alternativa optimista que permite a los lxs jóvenes queer marginadxs y estigmatizadxs saber que si se pone mejor o no, cuentan con apoyo comunitario.



[i] Decidí traducir este articulo con permiso de Judith Avory Faucette, porque a pesar de que ni Tailandia, ni USA son Chile. Me hizo sentido la noción de buscar legitimidad en la masculinidad y porque todxs hemos escuchado la palabra ‘loca’, epíteto coloquial y desdeñoso que se usa en el hombre afeminado, dicha con asco, he llegado a escuchar la siguiente frase que lo dice todo “soy gay, pero por lo menos soy un hombre”.

En fin, es demasiado humano buscar con quien compararse para sentirse superior, pero este tipo de actitudes le hacen el juego a la heteronormatividad, poner la igualdad de todxs como un fin por el que luchar es realmente subversivo, ya que solo aceptar la posibilidad de que algunxs sean inferiores y que otrxs sean superiores, es legitimizar la opresión.

[ii] QUILTBAG “Queer/Questioning, Undecided, Intersex, Lesbian, Transgender/Transsexual, Bisexual, Asexual, Gay/Genderqueer.”