lunes, 20 de junio de 2011

Ya, eres feminista ¿pero lo tienes que andar publicando?




Por Beatriz Sotomayor

Una mujer de mi familia, una con harta fuerza de carácter y poder dentro de mi familia, me hizo esa pregunta. Alguien a quien yo respeto, y seguiré respetando y queriendo, a continuación añadió:

“¿Por qué no te haces activista de algo más respetable? ¿Cómo de la familia?”

La segunda parte no me hizo mella, después de todo el mito de la familia bien constituida me ha pateado el hígado desde siempre.

Pero la primera sí que me llego, después de todo esto de andar publicando las convicciones me hizo pensar en la gente que grita en la plaza de armas instando a los/as transeúntes a arrepentirnos de nuestros pecados, o a aquellos que desde el canal 13 nos dicen cómo vivir, indignados ante la indecencia de la libertad. En fin siempre he encontrado que hay algo estéticamente desagradable y bobalicón en el proselitismo, una cosa como… bueno, digamos algo todo lo contrario a elegante, elevado y admirable.

Además, no es como si las mujeres que no se declaran feministas fueran todas unas geishas. Hay muchas que le dicen a la pareja que “el no tiene que ayudar” en la casa, sino que la casa también es de él, tiene dos manos y le toca su parte de trabajo. O las que paran en seco a un piropero en la calle. O las que viven su sexualidad sin culpas ni complejos. O las que quieren sus cuerpos como son. O las que deciden que no quieren ser madres, no importando que la sociedad les indique que deben desearlo. Ninguna de esas mujer tiene porque nombrarse a sí misma feminista, y sumisas tampoco son.

Pero yo si necesito nombrarme, declararme, y escribir en un blog que SOY FEMINISTA. Y lo hago porque me hace sentido desde dentro, no declararlo como parte de mi identidad seria no ser fiel a mí misma. Pero hasta hoy nunca pude escribir sobre esto, porque estas ideas eran vagas y poco claras, hasta que leí uno de los ensayos de un libro en ingles que es una joya:

“Click: When We Knew We Were Feminists” de Seal Press.

En este ensayo J. Courtney Sullivan, una joven mujer que habla de su madre, una ambiciosa y exitosisima mujer de negocios quien sentía culpa por no ser “una dueña de casa” y pasar poco tiempo con sus hijas.

Para J. el nombrarse feminista es “crucial, porque te da la fuerza de darte cuenta de que eres parte de algo más grande que solo tú, y ese conocimiento te provee del confort de pertenecer a una comunidad y de la rabia para responder”.

J. veía a su alrededor que su madre era a veces estigmatizada por las madres de sus amigas, mientras su padre era considerado un semidiós por ayudar en la casa.

En fin, J. se extiende en como el rol domestico es al mismo tiempo hecho fetiche y devaluado, en una combinación imposible en que tanto la dueña de casa como la mujer de carrera pierden.

En fin J. concluye respecto a la posición de su madre frente al feminismo:

“La misma (por favor permítanme usar la palabra con p aquí) cultura patriarcal se beneficia cada vez que una mujer brillante, ambiciosa e increíble como mi madre decide que no es feminista, porque esa decisión la deja aislada y en desventaja, en vez de empoderada, conectada y furiosa”

“En ambos hechos y palabras, el feminismo es algo que de verdad entendemos después de haber sido expuestas/os a él, después de que alguien más nos ha enseñado como se ve y como puede ayudarnos a enriquecer nuestras vidas.”

Imagenes tomadas de:

http://feministcomingoutday.com/page/2


lunes, 6 de junio de 2011

Si mi escote es epico e invitador: NO significa NO






Hasta aqui no mas llegamos, lo que debe prohibirse es la agresión!!! No hay que reforzar un codigo de vestimenta decente (lease sumiso), a mi no me gustan los tacos y el escote (porque los encuentro incomodos), pero si decido usarlos espero que la sociedad no lea en mi indumentaria "viste como puta, esta justificado agredirla".

Son millones de mujeres las que dicen hasta cuando, y ahora se subiran el dobladillo de la falda, mostraran unos escotes "epicos", y ropa entallada, para defender que NO es NO sin Excusas!!!.



La marcha

El domingo 12 de junio, las mujeres en la Ciudad de México nos sumamos a La Marcha de las Putas, saliendo a caminar con el único propósito de dejar en claro que NO, es NO.

Este movimiento, pretende decirle a la sociedad civil, política, religiosa y cualquiera que sea su función en este país, que no importa la vestimenta, el lugar, ni la compañía; nada justifica la imposición de relaciones sexuales o el acoso sexual.

Las mujeres no provocan VIOLENCIA ni la AGRESIÓN por el solo hecho de ser responsables y libres al ejercer su personalidad, ideas y principios.

Rechazamos firmemente, y en una sola voz, que se siga perpetuando y naturalizando la idea de que somos culpables del acoso y ataque sexual; rechazamos que el día a día en pleno siglo XXI, continúe siendo un enfrentamiento al salir a las calles para estudiar, trabajar, divertirnos y vivir.

■Ya no más a asumirnos como objeto de estereotipos, prejuicios y discriminación. ALTO a viejos e inseguros paradigmas, que generan DISCRIMINACIÓN.

■Ya no más ACTOS SEXUALES FORZADOS, cuando las mujeres decimos “No”, sólo puede significar “No”.

■Ya no más FALTA DE RESPETO, fuera o dentro de cualquier espacio, de cualquier civil, hasta autoridades de cualquier nivel.

■Ya no más INSULTOS a la educación, por ignorancia; no más IGNORANCIA por falta de educación.

■Ya no más naturalización de la violencia de género con el argumento de que es nuestra culpa porque parecemos putas.

Por ello, nos unimos a La Marcha de la Putas, que tiene su origen en la Ciudad de Toronto, Canadá.

LA HISTORIA

El pasado 24 de enero 2011, el policía Michael Sanguinetti ─durante una conferencia, en la Universidad de York, sobre seguridad civil─ indicó que “las mujeres deben evitar vestirse como putas para no ser víctimas de la violencia sexual”.
Indignadas las mujeres canadienses salieron a marchar, el 3 de abril, vestidas de tacones, ligueros, escotes y minifaldas tomaron las calles de Toronto, Canadá.


A esta indignación se le unió toda la sociedad: mujeres y hombres marcharon para pedir una disculpa por parte de la Policía.

Sin embargo, el movimiento ha crecido y esta marcha se sigue replicando, exigiendo el respeto y la protección sin discriminación.

¿Por qué putas? Históricamente, el término “puta” se encuentra cargado de un significado negativo y peyorativo; puta es una mujer promiscua, que tiene relaciones sexuales por dinero, por placer, que viste de manera inapropiada, que no es una buena mujer.

El término sirve como una forma de insulto o etiqueta para el comportamiento de mujeres que se encuentran fuera de lo que la sociedad considera adecuado y aceptable. Bajo esos parámetros y criterios, en cualquier momento de nuestras vidas, las mujeres somos putas y como putas debemos aceptar y callar que se desplieguen comportamientos sexuales sin consentimiento.

Con esta marcha, nos apropiamos de la palabra “puta” para rechazar cualquier tipo de violencia ejercida hacia nosotras con el pretexto de nuestra apariencia y manifestamos que ni las trabajadoras sexuales ni ninguna mujer debe ser violentada “por puta”.

Cansadas de escuchar que las mujeres provocamos y por ende somos las culpables, hoy decidimos organizarnos para decir:

¡Basta! Yo decido sobre mi cuerpo y No, es No.

♀ Si me pongo medias de red y tacones de aguja: no, significa no.
♀ Si la apertura de mi falda sube hasta mi muslo: no, significa no.
♀ Si en cualquier momento decido no consumar el acto sexual: no, significa no.
♀ Si me pongo una borrachera marca no se asuste: no, significa no.
♀ Si bailo de forma sensual: no, significa no.
♀ Si el escote de mi vestido es épico e invitador: no, significa no.


NO, SIGNIFICA NO.

Invitamos a que se unan no sólo las mujeres sino todas las personas, de cualquier expresión y orientación de género, profesión, nivel educativo, raza, etnia, edad, capacidad, de todos puntos de la ciudad, para hacer una declaración unificada contra la violencia sexual y el derecho de las personas que han sido violentadas. Así como, para exigir respeto para todas y todos.

Únetenos en esta misión al correr la voz para declarar que quienes sufren violencia sexual no son culpables, sin excepción.

La cita es el domingo 12 de junio. Saliendo de la Palma de Av. Paseo de la Reforma, a las 14:00 hrs hasta el Hemiciclo a Juárez.

Para mayores informes:

marchadelasputasdf@gmail.com

viernes, 3 de junio de 2011

Esas chicas que detuvimos no eran como sus hijas o mis hijas


Por Beatriz Sotomayor

Hace un tiempo leí en la revista virtual Pikara Magazine, el artículo de Maitena Monroy “Por ellas. Por nosotras. Por todas y todos. ¡No olvidamos!”, un párrafo resonó como un gong en mi cabeza:

“Por otro lado, cuando defendemos la lucha contra la violencia sexista no lo hacemos porque las mujeres seamos buenas (que parecería que es algo que debemos de acreditar para ser susceptible de derechos) sino porque es una violación de los derechos humanos al igual que defendemos el derecho a no ser asesinada-o sin pensar en la bondad o maldad de las víctimas, simplemente hacemos una defensa de los derechos humanos sin fisuras”.

Y este párrafo resonó en mi memoria cuando leí la noticia acerca de un general egipcio, que reconocía “las pruebas de virginidad” a que se sometió a un grupo de mujeres detenidas después de la manifestación del 9 de Marzo en la plaza de Tahrir.


“Un general egipcio admitió, confirmando las denuncias de Amnistía
Internacional, que realizaron pruebas de virginidad a las mujeres detenidas
en las manifestaciones que forzaron la salida de Hosni Mubarak”.

El muy “·$%&%$·$%&/)/&% justifico sus acciones con los siguientes argumentos:


"Esas chicas que detuvimos no eran como sus hijas o mis hijas", dijo el
general a CNN, "eran chicas que acamparon en tiendas con hombres en Tahrir y
allí en las tiendas había cócteles molotov y drogas". El militar sostuvo que dichas medidas se tomaron para evitar que declararan que fueron violadas.

Mira tú, el mensaje claro es: “No erar buenas, por ende merecían ser maltratadas y humilladas, el que no fueran vírgenes justifica aún más los malos tratos”. Este general (a quien no le deseo mal, pero… me encantaria que le hicieran la prueba de virginidad) cuando da explicaciones, se las da a otros hombres imaginarios, supuestos padres de mujeres obedientes. Las mujeres como personas sujetas de derechos, no aparecemos en el horizonte.

El Evento

La manifestación del 9 de marzo se realizó en la Plaza de Tahrir, que se hizo famosa tras 18 días y noches históricas y en ocasiones sangrientas de protestas que desembocaron en la renuncia de Mubarak.

Pero a diferencia de las manifestaciones previas, el ejército egipcio atacó a los participantes. Los soldados arrastraron a decenas de manifestantes de la plaza hasta las puertas del Museo Egipcio.

Salwa Hosseini (foto), una estilista de 20 años de edad y una de las mujeres nombradas en el reporte de Amnistía Internacional, describió a CNN cómo los soldados uniformados la ataron y tiraron al suelo, para luego abofetearla y electrocutarla con un arma paralizante mientras le gritaban “prostituta”.

“Nos querían enseñar una lección”, dijo Hosseini al poco tiempo de haberse publicado el informe. “Querían hacernos sentir que no teníamos dignidad”.

*Maitena Monroy Romero es integrante de la comisión contra la violencia sexista de la Asamblea de Mujeres de Bizkaia

Fuentes:

http://mexico.cnn.com/mundo/2011/05/31/un-general-egipcio-acepta-que-realizaron-revisiones-de-virginidad

http://www.pikaramagazine.com/?p=2452

jueves, 2 de junio de 2011

La menstruación desde una perspectiva feminista


Por Beatriz Sotomayor

“Todxs somos sexistas en recuperación”

Rosa Clemente

“El desarrollo de la mujer, su libertad, su independencia debe provenir de ella y por si misma… Primero al destacarse a sí misma como personalidad, y no desde un rol sexual. Segundo, al rehusarse a tener hijos a menos que ella quiera, a rehusarse a servir a Dios, al estado, a la sociedad, al marido, a la familia, etc… al hacer su vida más simple, pero más profunda y rica”

Emma Goldman

Mi objetivo principal como activista es aportar a que las mujeres reimaginemos y reaprendamos nuestros cuerpos, de una manera tal que nos sintamos más cómodas habitándolos. O en otras palabras “quiere a tu cuerpo como es”, pero no es tan simple como solo tener la voluntad de hacerlo, porque es complejo imaginarse y construir una relación con nuestros cuerpos distinta, estando al mismo tiempo insertas en una cultura que nos exige un esfuerzo constante de adaptación a un estándar de belleza imposible e inhumano.

Desde mi experiencia personal puedo decir que se requiere tomar perspectiva, reflexionar y dialogar para reevaluar y redefinir nuestra visión de nuestros cuerpos, y crear una nueva que responda a nuestros deseos y mejore nuestro bienestar. Entendiendo que las definiciones culturales que se nos ofrecen no responden a nuestros mejores intereses.

La menstruación es un ejemplo claro de esto, la menarca (primera luna en griego) es una instancia clave donde se alecciona a la joven mujer a guardar silencio sobre un fenómeno que marca la transición hacia la adultez, un momento en que se le enseñan las restricciones de la vida adulta “Ud. ya es grande y no puede jugar como antes”, “ya es una señorita (no es libre de hacer lo que se le da la gana)”, todo esto sin una celebración o un regalo que marque simbólicamente este momento como algo alegre.

Y finalmente se establece una pauta de relación con el cuerpo como algo ajeno, algo que hace cosas desagradables, en que la menstruación se trata como una crisis higiénica y no como un proceso corporal normal. Y se le enseña a la joven mujer a lidiar con su cuerpo desde el consumo.

El “voto de silencio de la menstruación” impide que pensemos en ella y tomemos perspectiva, que nos demos cuenta que la regla se define como suciedad y por ende define a nuestros cuerpos como sucios y que esto afecta nuestra autoestima.

Finalmente este voto de silencio, hace que la devastación ecológica que crea la industria de la higiene femenina pase totalmente desapercibida, y que no conozcamos las alternativas menstruales más amables y ecológicas que existen.

Ilustraciones: Melina Rapiman

http://www.experienciamelina.blogspot.com/

El fetismo no es un humanismo

Extracto cortesia Catalina Flores,
fuente
Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito

HABLA UNA COCINERA

Calderita Barcarola

(Hilda Rais)



El fetismo no es un humanismo

Josep Vincent Marqués



Un huevo crudo no es un niño envuelto.

Patrona X.Y. de Gameta



Les habla una cocinera

que como toda mujer

hubo oficios de aprender:

hortelana y niñera,

madre, nodriza, partera

y, como todas, aquí,

por las leyes maltratada,

pretendo sea respetada

nuestra forma de vivir,

por ello os he de decir:

Un Papa nos extramura,

un rey de turno obedece

y ordena a sus feligreses

ficción de ley con premura:

disfrazar la dictadura.

El marqués José Vicente

sostiene razón prudente:

fetismo no es humanismo.

Hombre que piensa lo mismo

que mujer, es un valiente.

Entonces, pues, aclaremos

esta fiera confusión

este apriete, esta opresión

por si alguna vez dudamos;

puede que sí pues estamos

en tierra tan singular

que penaliza abortar

cuando la experiencia enseña

que la mujer es la dueña

de no desear maternar.

Sueña la iglesia que sabe, y vive

con este engaño mandando,

disponiendo y gobernando

y a todo mundo prohibe

discutir lo que prescribe:

qué delicia es permitida,

cuál querra es una Cruzada,

qué gente es la inadecuada y

–vaticana y protegida–

cuándo comienza la vida.

¿De qué vida conversamos?

Flores, pájaros, verduras,

animales de pastura,

son vida y no nos culpamos

cuando esa vida acabamos.

No se tome esto a broma:

una pluma no es paloma,

la semilla no es zapallo

y simiente no es caballo.

Hablemos, pues, de persona.

La idealización no evita

conocer algo profundo:

persona se es en el mundo

–aunque sea pequeñita–

si en otro cuerpo NO habita.

¿Es lo humano una ilusión,

una sombra, una ficción?

¿La raicilla, es rabanito?

¿Es la yema un pollito?

¿Tiene un huevito razón?

¿Es la masa un pan horneado?

¿Un poroto, es un guisado?

¿Es un choclo carbonada

o la aceituna empanada?

¿La escama, es un pescado?

Tanto ejemplo no es en vano,

el semen no es un enano,

el óvulo no es doncella,

cigoto no es vida bella,

EMBRION NO ES SER HUMANO.

En: Lea Fletcher, Dossier: “El aborto”, N°13, Año VII, 1994, p. 18.

miércoles, 1 de junio de 2011

Mi Barbie se hizo un aborto

Fuente: CLICK When We Knew We Were Feminists/ CLICK Cuando Supimos que Éramos Feministas editado por Courtney E. Martin & J. Courtney Sullivan

Traducción Beatriz Sotomayor

Click (publicado el 2010) es una compilación de ensayos de feministas hombres y mujeres que relatan el momento “AJA” en que se dieron cuenta de que eran feministas, el resultado es fascinante

Acá incluyo parte del ensayo de Jennifer Baumgardner, nacida en 1970 activista de la tercera ola en USA.

La familia de Jennifer aunque muy tradicional en su estabilidad, sostenía ideas muy progresistas, y las discusiones sobre el aborto y los derechos de Gays y Lesbianas, eran parte de la sobremesa.

Jennifer de nueve años amaba a su Barbie Malibu y la casa en la playa de Barbie y el auto de Barbie, y la ropa de Barbie, y con la hija de una vecina (con Barbie propia), jugaban a ser grandes a través de estas conocidas muñecas. La Barbie de Jennifer era una estudiante universitaria, bicuriosa (son los años de experimentación), y a la vez tenía un romance con Ken, y como corresponde a una juventud aventurera y tumultuosa… bueno las cosas se salieron de control, y Barbie tuvo que hacerse un aborto, pues la Barbie de Jennifer consideraba que tenía derecho a controlar su cuerpo y su reproducción.

Para Jennifer el feminismo era algo muy presente en su vida cotidiana, pero a la vez era el pasado, eran las conquistas de la generación de su madre y de la generación de su abuela y lamentaba habérselas perdido.

Desde su punto de vista la furia de la 2ª ola del feminismo tenía que ver con el contexto en que se desarrollo, en ese entonces el aborto y la anticoncepción eran ilegales, la población negra no tenía derechos de ciudadanía. Ser Gay o Trans significaba vivir en el ridículo constante y enfrentadx al prejuicio. Las mujeres entonces eran “rehenes” de la esperma, además la educación que recibían no podía materializarse en trabajos significativos.

Las personas protestaron por su opresión y exclusión, patearon las puertas y demandaron entrar.

“Pero hoy en día la exclusión no es la opresión primaria. El activismo actual es más sutil, interseccional, individual, y sensitivo. Requiere escuchar tanto como, o más, que hablar. Es el activismo de habitar un espacio una vez que se ha abierto la puerta a patadas, entibiando la fría atmosfera, creando la infraestructura para un ambiente social saludable”.

Ahora doy clases y conferencias por todo el país. He visitado más de 250 escuelas, y en cada una existe la ansiedad de que los estudiantes de ahora son demasiado apáticos, que no están lo suficientemente enojados por las guerras, el derecho al aborto, el capitalismo. Cuando estaba en la universidad sentía esa ansiedad y dije lo mismo acerca de mi generación – No hay suficiente rabia – una comparación directa con los ´60s. Pero me he dado cuenta de que el trabajo de cada generación es hacer sentido de su propia época – entender que es lo que se necesita ahora, cuando algunos aspectos de la opresión no son tan evidentes.

Reconozco que estoy viviendo una vida que es lejos más libre socialmente y empoderada que la que mi madre pudo haber imaginado cuando tenía mi edad. Quiero agradecerle a ella y a su generación por el trabajo que han hecho, pero más importante para mi es ahora comprometerme a habitar los espacios que ayudaron a abrir, y no continuar pateando la puerta que sigue cerrada.

Identificar la distinción entre el feminismo de mi generación y el de la 2ª ola fue un paso critico para ver qué es lo que realmente une a las épocas, generaciones, olas (como quieras llamarlas) y ES LA RELACION CON UNA ALIADA lo que te ayuda a habitar tu feminismo. Las mujeres de los 60´s y 70´s conversaban sobre la mesa de la cocina, mantenían reuniones de autoconciencia, formaron grupos incontables, pero lo principal que hicieron fue reflejar las unas en las otras sus experiencias, y declararlas, no solo validas, sino que políticas.