Por Chris Somerville
Tomado del fanzine APOYO a la venta en el Bazar de las Diosas o por internet http://www.dorisdorisdoris.com/zinecatag.html.
La respuesta de provocación se da cuando ocurren cierto tipo de eventos o algún estimulo que causa que una persona responda de una manera que le hace recordar el tiempo en que ocurrió el abuso, o le causa una respuesta repentina, pero muy intensa hacia la persona o personas con quien este.
Cuando tú eres un provocador, le haces recordar a tu pareja su abusador, puedes físicamente asemejarlo, y se siente removido del momento presente y trasladado al momento del abuso. Puedes tocar a tu pareja de una manera que no sea cognitivamente semejante a las de su abusador, pero puede hacerle sentir repentinamente asustado, ansioso, enojado, trastornado, con nauseas, afiebrado, tembloroso o solamente sacudido o inquieto.
Si eres una persona sobreviviente de abuso sexual y tienes una vida sexual activa, ser provocada es inevitable, va a pasar, no importa porque. Los provocadores son malos. Nos asientan en un estado de miedo y de dolor, pero sucede que es nuestro momento de confrontarnos con nuestro abusador. Una provocación es un mensaje que nos da nuestro cuerpo para saber en donde necesitamos poner atención y trabajar sobre eso.
Pero las provocaciones son aún muy aterrorizantes y muy intensas, por lo que cada una de nosotras debe crearse un sistema de respuesta frente a la provocación, para tener una idea clara de que hacer cuando ocurra. Esto se puede hacer a solas o con nuestras parejas.
Yo recomiendo hacerlo entre ambos. Una cosa buena para hacer después de calmarte de la primera ráfaga (causada por la provocación) con la situación aún fresca en tu mente y cuerpo, es escribir una lista con las preguntas que te haces a ti misma para visualizar que es lo que necesitas cuando esto ocurre. Por ejemplo: ¿Me siento desligada ahora mismo? (ver más adelante), ¿necesito regresar a mi cuerpo?, ¿necesito estar con mi pareja?, ¿necesito que me sostengan?, ¿necesito no ser tocada?, ¿necesito estar sola?, ¿hay alguien a quien quiera hablarle ahora mismo?, ¿necesito calmarme todavía?, ¿necesito un poco de agua?, ¿necesito comer algo?, ¿necesito meditar?, ¿necesito un cigarro?
Graba en una cinta la lista de preguntas y mantenla cerca del lugar donde tienes sexo, bajo tu almohada, en un cajón donde tengas tus juguetes sexuales y tus condones, colócala donde puedas agarrarla cuando la necesites. Hazle saber a tu pareja en donde encontrar la cinta o que tenga una copia de ella.
Si has sido provocada. La primera cosa para hacer es declarar lo que estas sintiendo y si puedes nombrarlo. “Me siento asustada”, “me siento sucia y pesada”, “mi estomago me duele mucho”, “voy a llorar”.
Puede ser que sientas el impulso de ignorar lo que sientes dentro de ti y solo seguir adelante. ¡LUCHA CONTRA ESTO! Dí lo que necesitas para detener esta situación. Tu pareja te puede preguntar “¿Qué necesitas?” si no te lo pregunta, de todas formas cuéntale. Aunque puede ser que no sepas que necesitas. Mira la gran lista que has hecho y trata de encontrar la solución por esta forma, hazte todas las preguntas, aunque tal vez no estás segura aun sobre lo que necesitas, o si no tienes una lista de preguntas, trata de tener presente tus sentimientos. Esto puede ser lo que necesites ahora.
Para las personas que apoyan a alguien que sobrevivió una situación de abuso sexual y que está en una “situación” de provocación: El punto es que necesitas estar con tu pareja en esta situación. A las personas sobrevivientes de un abuso sexual se les quito su poder una y otra vez, por eso es importante que no trates de arreglar la situación o rescatarle, el necesita tomar fuerza de sí mismo, procesar la situación de la mejor forma para él. Tú necesitas estar junto a él, y establecer contacto.
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