miércoles, 5 de enero de 2011

Conversatorio: Femicidio y Acción Política 4-01-11


Por Beatriz Sotomayor

Fue una jornada muy interesante, es mas tanto que tome notas sin parar y las estoy usando ahora mismo para hacer este articulo. Tengo que aclarar de entrada que este no es un recuento oficial desde las organizadoras y que no refleja fielmente la discusión que tuvo lugar.

Cuenta Patsilí Toledo, que las leyes que incluyen el concepto de femicidio son muy nuevas, recién desde el 2007-2008 empezaron a aparecer, pero antes las precedieron más de 10 años de activismo feminista.

Estas leyes en Latinoamérica partieron por las denuncias internas e internacionales de México sobre Ciudad Juárez. En México para la ley de femicidio tuvo un gran protagonismo la renombrada feminista Marcela Lagarde, que tiene un trabajo teórico bien interesante en torno al tema de la sororidad, y quien por la época era diputada en México

Marcela Lagarde

Patsilí destaca también la importancia de la Red Latinoamericana Contra La Violencia Domestica y Sexual y recuerda que la primera investigación sobre femicidio fue realizada recién en el 2004 por La Morada y La Red Chilena Contra la Violencia Domestica y Sexual.

La Mate Porque Era Mía

Ella compara mucho a Chile con Costa Rica, donde la figura del femicidio fue una manera de desarmar la idea del crimen pasional, que romantizaba y funcionaba como atenuante del asesinato de mujeres, y que en verdad es una figura peligrosa, hacia ver como que la amaba tanto tanto tanto que la tuvo que matar, y si una lo piensa un poco más la idea de que Me Cela= Me Quiere, puede llevar al “asesinato pasional” casi como una conclusión lógica, disculpando al responsable de pasada.

La Mate Porque Era Tuya

En el caso de México y algunos sectores de Centroamérica, ella se refiera al aumento desproporcionado de la violencia desde el 2000, no solo asesinato pasional, sino que asesinatos públicos vinculados a las pandillas y al crimen organizado hacen el panorama más siniestro, porque como señala Patsilí “no la mato porque es mía, la mato porque es tuya”, que implica que una manera de ajustar cuentas con otros hombres es matarle la mujer al otro. Esto en el contexto de que México y Guatemala tienen tasas de un 90% de impunidad. En Chile y Costa Rica la tasa de impunidad en caso de femicidio es muy baja.

No Somos De Nadie: Legislemos

En respuesta a estos fenómenos el camino feminista ha sido hacer una ley, y dado que Patsilí tiene una visión bastante poco halagüeña del poder y la capacidad de las leyes, aunque rescata su importancia simbólica se pregunta bien críticamente por la proporción esfuerzo/impacto que significan.

Al respecto señalan ella y otras activistas presentes que si bien las leyes son más bien simbólicas y son más ruido que otra cosa, además tienen el problema de que el Estado al promulgar una ley aparece como haciendo montones, cuando en verdad la figura del femicidio es casi el único cambio en la legislación, pero que no implica que se agrave el delito necesariamente y que el resto es “poesía jurídica” como la parte donde se dice que se le dará a la victima una restitución completa (“oye, pero … si está muerta!!! ¿Qué le van a restituir?” dijo Carmen Torres).

A pesar de todo esto las leyes tienen un impacto cultural, y modifican el discurso, por ejemplo las leyes de violencia intrafamiliar que aparecieron en los 90, durante ese tiempo mucho se hablo de que no serian necesarias, ahora nadie se atrevería a decir algo así, sería tremendamente impopular.

Al respecto la lucha feminista por promulgar esas leyes ha sido bien amarga, porque en el camino les han restringido el concepto, para incluir como femicidio solo casos más bien dirigidos a la familia y con convivencia, y no incluye casos como cuando el responsable es un extraño, o no ha habido convivencia, o sea muy cercano al VIF.

Patsilí cuenta que en Guatemala y España, el tema del femicidio es tan mediático que las leyes respectivas se aprobaron por unanimidad, en parte porque nadie se atreve a oponerse y porque estas leyes no implican grandes transformaciones, pero la aplicación de la ley en España se vio muy objetada.

En el caso de Chile la ley fue un proyecto de parlamentarias y no provino desde el movimiento, sin embargo el instalar el concepto y volverlo bandera de lucha es un logro feminista.

Volviendo a la ley, en el caso de Chile la pena se agrava, como se puede leer en Chile.com:

La Ministra Schmidt explicó que “esta ley tipifica el delito de femicidio cuando una mujer muere a manos de una pareja o ex pareja y pone la misma pena que parricidio, que va de 15 años y un día hasta presidio perpetuo calificado[i]”.

El que la ley restrinja el concepto de femicidio es preocupante, porque el discurso hegemónico tiende a influenciar decisivamente la discusión. Como es posible ver sobre el tema del aborto. Y el termino femicidio ha sido co-optado y normado por el estado desactivando en gran parte el concepto.

Además, en un contexto en que los estados latinoamericanos están en franco retroceso en términos de provisión de servicios, en Chile la ley de femicidio es una ley penal, no una ley de prevención que pudiera impactar las políticas públicas.

Todas estas reflexiones han tenido lugar en la comunidad feminista, y ha dado lugar a debates bastante fuertes, el “para que” que ha hecho de estos triunfos algo bastante amargo.


NO A LA CRITICA BAJONERA v/s SOMOS PERFECTAMENTE CAPACES DE EVALUAR

En este punto metí la cuchara, y señalé que las críticas muy fuertes son desgastantes para el movimiento, que nosotras remábamos contra la corriente y que siempre estaban pasando cosas y que no desesperanzarse era complejo, y que una visión pesimista que no es más realista que una optimista puede des energizar mucho a quienes estamos en esto y recordé una experiencia bastante tremenda de una discusión que presencie de una activista que se preguntaba “¿Para qué?” Y señalaba que había que ser realista que la violencia está inscrita en la cultura y que había que aceptarla, (ella en mi opinión ya se había quemado), después dije y esto no lo supe expresar bien, que luego de quemarse había que puro irse para la casa a aplicar autocuidado por montones y de ahí quizás volver. Otra activista al finalizar el día me contesto que las feministas eran perfectamente capaces de aguantar críticas y de evaluar, y que si ella no hubiera sido capaz de evaluar (negativamente) su vida, seguiría casada, entre otras cosas.

En fin, como podemos recordar en Chile el femicidio se ha vuelto una bandera de lucha muy importante, y la campaña Cuidado El Machismo Mata, de La red Chilena Contra La Violencia Domestica y Sexual se ha vuelto un referente.

Cambios Culturales Sobre el Cuerpo de la Mujer

Marisa Matamala se refirió, a la progresiva sexualización del cuerpo de la mujer, si bien siempre hemos sido consideradas objetos, el tipo de objeto ha cambiado, ella compara a la mujer sexualizada de la posguerra, los 50s, con el pañuelito en la cabeza y el vestido floreado y ahora que se ven mujeres prácticamente desnudas encima de los autos. Se refiere al fenómeno “la mate porque era tuya” señalando que nos hemos convertido también en cuerpos-objeto de represalia. Cambios atribuibles al modelo neoliberal y el prohibicionismo de las drogas, y hay que recordar que muchos estados son hipócritas, pues a la vez que prohíben las drogas se benefician del narcotráfico.

Sin prohibicionismo señala ella, el crimen organizado perdería su lugar y su fuerza y se sucederían una serie de cambios positivos para todos y todas.

Marisa reconoce que las leyes son limitadas, pero que promueven cambios penales y culturales e impulsan la sanción social, y de esa manera impactan la cultura.

Aunque lo principal no es el femicidio que es el resultado extremo de la violencia contra las mujeres, sino que “atacar” la violencia como eje de las relaciones.

El Femicidio Es un Crimen Anunciado

Patsilí señala que si bien la ley es solo la ley en el caso del femicidio, si es posible exigir más porque es un crimen anunciado, de modo que se puede exigir más protección y están todas las herramientas basadas en investigación para evaluar el riesgo en base a indicadores. En fin, es un crimen prevenible.

“¿Y No Denuncio?”

Patsilí es crítica frente a la figura de la denuncia, en primer lugar cuenta que después de hacer la denuncia la mujer suele estar en mayor peligro (es fácil ver la figura de la represalia), pero que además a las mujeres asesinadas se las culpa por no haber denunciado, es como la pregunta mala leche máxima, se produjo un femicidio y alguien dice: “¿Y No Denuncio? NO!!! Mira que negligente”, y como sabemos el culpar a las mujeres de todo, es una manifestación de violencia machista en la sociedad, como por ejemplo: “violaron a X (alzar las cejas, abrir bien los ojos, fruncir la boca como diciendo ¿Cachai la mina? Con el semblante) y decir ¿Dónde se habrá ido a meter esta mina?”.

Además Soledad Rojas señala que la figura de la denuncia tiende a poner más en el lugar de victimas a las mujeres mostrando que “son otros los que resuelven los problemas”, y continua “Hay que vincular este tema con lo que está pasando con respecto al aborto, terminamos atrapadas en un discurso que no es nuestro”.

¿Y La Auto-Defensa?

Acá volví a meter la cuchara y note que si era un crimen tan anunciado, a mí me gustaría conocer las estadísticas de las mujeres que matan antes de que las maten a ellas.

Patsilí me respondió, que existía un estudio y que no estaba listo, sobre las mujeres que mataban y que tenían una serie de diferencias con los hombres que mataban, ellas no solían matar a ex parejas, sino que a parejas actuales, no se suicidaban, es decir matar no era una suerte de última voluntad de ellas y era en contextos de autodefensa, te mato para que no me mates tu a mí.

¿Es Que Nosotras Somos Las Buenas?

Soledad Rojas, se refirió a un tema que a mí me preocupa bastante, la idea de que nosotras somos buenas y eso impide que siquiera que podamos responder en el contexto de una agresión.

Primero que nada, yo no creo que nosotras poseamos el monopolio del amor, es mas yo creo que si nosotras fuéramos la mitad mas forzuda, habrían hartos hombres apareciendo en pósteres con ojos en tinta y cara de pena bajo el lema “no se maltrata a quien se ama”.

Segundo, en el caso de las mujeres que son buena gente y que se preocupan por el bienestar del resto, precisamente el público objetivo que más interesa proteger, esta idea de la bondad puede prevenir que se defiendan efectivamente, porque las mujeres “no hacemos daño”, es decir no denunciamos, no funamos, y … no nos defendemos.

Tercero, esto de las dueñas del amor, implica un estándar desigual que lleva a mas sumisión, porque dado que las mujeres “son las buenas” se les puede exigir “que actúen de acuerdo a su naturaleza” y forzarlas a hacerse cargo sin ayuda de todas las tareas de cuidado, en cambio para el hombre que no se pretende que sea bueno, se lo considera una ayuda y si ayuda se lo celebra, para lo que nosotras se considera como un mínimo de decencia, para ellos se piensa que es como para canonizarlos.

Cuarto, esto de ser dueñas del amor, permite a muchas mujeres con ansias de tener su cuota de poder y movilizar la vergüenza de ellas a otras al vigilar, reprimir, castigar, etc. a otras mujeres, así se diferencia de un colectivo desprestigiado y adquiere poder sobre este.

De esta manera la mujer machista sin dejar de ser oprimida ella misma se vuelve vehículo del poder y la opresión machista, esto es súper conveniente, pues cuando te eriges en jueza el foco no es tu propia conducta, son las otras y otros de menor jerarquía, esta es una técnica súper redituable si no pregúntenle a Ena Von Baer.

Quinto, estas ideas preconcebidas sobre las mujeres implican que nos cuesta como sociedad evaluar y manejar el tema de las mujeres con conductas crueles, más allá del sensacionalismo. En el conversatorio se hablo de la posibilidad de mujeres femicidas, se hablo de la violencia en parejas lésbicas (y peor si son lesbofeministas… ¿Qué pasa entonces?), del caso de una mujer que participo en la violación de otra mujer. En fin como respondemos como feministas en este caso.

¿Victima… YO? Ni Muerta

Patsilí cuenta también, que el tema de la violencia contra las mujeres es de los 90, y que su comprensión está bastante anticuada, pues las asesinadas ahora suelen ser mujeres jóvenes, con trabajo, que deciden terminar una relación violenta, no son mujeres dependientes económicamente que han vivido 20 años de violencia, como ella dice el estereotipo de la mujer golpeada responde a otra época “no es la mujer flaquita acurrucada en la oscuridad” gracias al feminismo, las mujeres están empoderadas y terminan precisamente porque no piensan estar en una relación de ese tipo, y se saltan el ciclo de la violencia como lo entienden las ciencias sociales, es mas estas mujeres muchas veces no han llegado a ser violentadas físicamente por sus parejas, y ni se imaginan que las vayan a asesinar y a menudo es por eso que no denuncian.

Además, la figura de la victima provoca escozor (entendible) entre estas mujeres jóvenes que tienen claro que es lo que no quieren de una relación. Yo no creo que desde el feminismo sea aconsejable decirle a las mujeres, “tienes que asumirte victima” de la violencia machista, creo que hay que buscar otras formas, que pongan la culpa y la sanción social donde corresponde y que no responda a esta figura, que por lo demás recibe una sanción social tremenda.

Como señala Soledad Rojas “hay que sacar el foco de la mujer victima que le da todo el poder al estado.

La Funa

Edda Gaviola, conto una experiencia no-gubernamental y no-legislativa fantástica que muestra el poder de la Funa y de las mujeres organizadas. Sucedió en El Salvador, donde un prestigioso director teatral, es decir un tipo que lo que se conoce como capital cultural le salía por las orejas, bueno el tipo era un violador, y en respuesta a una violación un grupo de mujeres hizo una campaña-funa, partieron llevando ceniceros con la cara a los bares que este hombre frecuentaba con la leyenda apague su cigarro aquí, después lograron que perdiera el trabajo, además encontraron a otras mujeres violadas por este hombre, y no se los detalles ni como siguio, pero los quiero averiguar.

¿Qué Humanidad Queremos?

Sandra Palestro, señalo que quizás no hay que entrarle al tema desde el foco del problema, sino que entrarle de lleno a la potenciación de lo humano, que es otro plano. Es propositivo, no es reactivo, no es bajonero. Es una aspiración a largo plazo, no es un problema.

Quedamos Con Ganas

Si bien la discusión fue buenísima, quedo en el tintero que podemos hacer nosotras AHORA, cosas que sean sostenibles y que el balance Esfuerzo/Eficacia, sea más optimo que el de promulgar una ley, yo creo que va por instaurar la funa como respuesta usual. En fin eso quedo en el tintero.


[i] http://www.chile.com/secciones/ver_seccion/125433/promulgada-ley-de-femicidio/

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