La primera que me hablo de los fanzines fue Claudia Rodríguez, quien estaba haciendo un taller de fanzine que la tenia absolutamente fascinada. De ahí escuche de Riot Grrrl a través de Melina, quien me conto de la escena musical punk feminista de los 90´s y como estas jóvenes mujeres intercambiaban fanzines por carta. A propósito yo entiendo el fanzine como una revista realizada por medios artesanales que puede tratar de cualquier cosa.
Yo compro aquellos dedicados al feminismo, en general y otros dedicados a experiencias personales que me interese comprender desde adentro, por ejemplo tengo uno sobre una muchacha en USA que se puso una T de cobre y cuenta como le fue con eso, otro sobre una chica que lidia con una depresión crónica y como se maneja en el mundo y cuando se siente muy presionada se corta así misma por alivio, otros dedicados a la felicidad y a apreciar los pequeños placeres de la vida, otros dedicados a hacer vida en comunidad, a mandar cartas con arte… etc.
Son muy baratos, en general te cobran las fotocopias y el envió, y siempre han sido tesoros, ahora leer de libros me parece tan árido.
Y son tesoros porque nadie hace un fanzine con desgana, la gente tiende a poner lo mejor de sí en ellos y a hablar sobre lo que les apasiona y sobre lo que han reflexionado mucho.
Compre uno que viene desde Australia, donde viví un año y fui intensamente feliz y a veces intensamente infeliz, es una tierra maravillosa, pero tiene una herida infectada y supurante en el costado: la raza y el tema aborigen.
Bueno, en el fanzine de feministas australianas hoopla issue 3, que trata entre otras cosas de craftivism, una combinación de la palabra artesanía y activismo, que es usar las artes manuales como el bordado, el tejido, etc., como un medio de protesta.
También encontré un articulo muy interesante sobre el tema de las diferencias raciales entre activistas y como esto afectaba las relaciones con y la psique de las activistas blancas en Australia, a continuación la traducción. También incluye una muy relevante reflexión sobre la cultura, que antes no se me había ocurrido hasta leerla ahora, y a medida que traduzco aun la proceso.
Suffrage, Sovereignity & Struggle/Sufragio, Soberanía y Lucha
Me considero bastante afortunada por haber sido bastante joven cuando supe por primera vez acerca del movimiento sufragista. Estaba en un colegio de niñas cuando Nueva Zelanda celebro los 100 años del derecho a voto de la mujer (blanca). Y mientras no recuerdo haber aprendido demasiados detalles sobre las tácticas usadas por las sufragistas en diversas partes del mundo, si tuvimos un aprendizaje solido sobre la idea de las mujeres como ciudadanas, basado en el contexto de las ideas del feminismo tardío. Y también logramos comprender que tan lejos los hombres irán para negarles sus derechos a las mujeres.
Pasaron varios años antes de que estudiara activamente el sufragio de nuevo. Estaba en la universidad y comenzando un master en estudios de las mujeres y revisando mi comprensión de la palabra `historia´. Y me encontré con el discurso “Ain´t I a Woman?” de Sojourner Truth (ver breve biografia de Sojourner Truth, una de las líderes del movimiento de derechos de las mujeres en USA y el discurso traducido en el próximo articulo), fue mi primera exposición al tema del racismo dentro del movimiento de mujeres. Creo que antes de leer ese discurso era bastante juvenilmente inocente, solo pensaba que uno era “buenito/a” es decir preocupado/a del planeta y la gente o “malito/a” si no te importaba. Pero estaba empezando a comprender que las cosas eran MUCHO más complicadas que eso.
Sojouner Truth una de las lideres del movimiento por los derechos de las mujeres en USA,
foto tomada junto a Abraham Lincoln
Desde que leí ese discurso he estado buscando activamente entender, desentrañar y cuestionar temas de racismo y privilegio dentro de misma y mi activismo, y dentro del movimiento y los grupos con los que trabajo. Seré siempre la primera en reconocer estos DOLOROSOS temas. Pero pienso que los temas dolorosos son a menudo los que realmente importan.
Una de las etapas por las que se pasa en el proceso de descolonización es lo que se conoce como “White Guilt/Culpa Blanca”. Es una fase que puede pasar rápido o tomar una vida entera. Y una fase que causa muchas luchas emocionales para los/as originarios/as y los/as no originarios/as. Es completamente razonable que siendo los/as beneficiarios/as de la colonización nos sintamos mal acerca de esta. Millones de personas alrededor del mundo han perdido sus tierras, sus lenguajes e incluso sus vidas. No sería humano no sentirse triste sobre eso. El tema real debería ser lo que vamos a hacer al respecto. Ciertamente he tenido muchas conversaciones con activistas originarios/as que están muy molestos con la “brigada de la culpa blanca”. Su perspectiva a menudo es “¡no se sientan mal por eso, HAGAN ALGO AL RESPECTO!”. Pero es más fácil decirlo que hacerlo.
Es crucial que (los/as caucásicos/as) reclamemos o reencuadremos nuestra identidad cultural. Y creo que es en esta recuperación cultural que nosotras/os los/las artesanos/as (crafters) podríamos buscar tomar la iniciativa y el liderazgo.
Para mí, creo que va por el hecho de que nosotros/as los/as blanquitos/as luchamos por identificar cual es exactamente nuestra cultura la mitad del tiempo porque hemos sido convencidos/as por las corporaciones/los medios/la publicidad, etc. que la cultura es algo que consumimos más que algo que creamos. Le preguntas a cualquier adolescente no originario/a que te explique lo que es la cultura y te garantizo que la primera cosa que te digan no será propia. Y si lo es, será cultura `refinada´ como arte/teatro/música clásica, etc. Pero lo que experimentan en la vida cotidiana no les parece cultura.
La colonización depende de la homogenización de la cultura. La idea de que toda la música, el arte y la artesanía que vemos a diario es nuestra cultura es algo que algunas personas ya no pueden entender. Tan grande es el poder que tiene el marketing y la publicidad en nuestras vidas.
Entonces cuando pensamos acerca de ser blanca/o en el contexto de antirracismo nos puede dejar sintiéndonos bastante desamparados. Especialmente cuando todo lo que tu puedes pensar es que blanco= robar tierras, invadir países, robar propiedad intelectual y biológica, genocidio, opresión, etc., etc. ¿Por qué querrías enorgullecerte de eso? E irónicamente las únicas personas que lo hacen abiertamente son los/as Supremacistas Blancos/as quienes parecen creer que para ellos/as estar orgullosos/as de ser blancos/as, tienen que deshacerse de todos/as los/las que no lo son. Incluso más irónico en un país como Australia cuando les dicen (los/as supremacistas) que se devuelvan para que ellos puedan recuperar su cultura `intocada´. Mmm, 80.000 años de sociedad casi extinguida en un siglo, ¿a alguien le suena familiar?
Para mí, el involucrarme en artesanía me ha ayudado a procesar estos temas porque me he encontrado con la riquísima historia cultural de mis abuelas. Descubriendo a mujeres que por siglos han usado la artesanía como una manera de oponerse, subvirtiendo y resistiendo la dominación del patriarcado y otras formas de opresión. Incluso el entender las técnicas de ciertas artesanías y el descubrir todas las distintas influencias culturales en el color, el diseño y la técnica es empoderador.
Como una artesana contemporánea, no me veo a mi misma como una persona actuando autónomamente, estoy respondiendo a siglos de práctica y conocimiento. Yo soy parte de mi cultura y estoy contribuyendo a un cuerpo de conocimiento que entregare a mis hijas.
Una de las razones por las que trabajo con mis manos creando artesanía ahora, es porque es una manera de estar orgullosa de mi herencia cultural. Y esto a la vez, está teniendo un impacto realmente positivo en mi activismo antirracista. Este orgullo me ha llevado a un nuevo nivel de solidaridad con la lucha de los pueblos originarios. Mientras más aprendo acerca de la historia del activismo de las mujeres, las luchas de la solidaridad a través del tiempo y la lucha de los pueblos originarios, mas me siento empoderada para enfrentarme a este mundo de mierda en el que nos hemos encontrado a nosotras/os mismas/os.
Porque es mi lucha también.
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