Por Beatriz Sotomayor
Este post esta inspirado en algo que dice la “bruja mala” a
la protagonista en la película “hermosas criaturas”: “El amor es un invento de
los mortales para mantener entretenidas a sus mujeres y alejadas del poder”,
que buena frase.
Me considero cínica y escéptica, pero hago un esfuerzo
consciente por preservar mi ingenuidad, porque a pesar de ver y leer todos los días
cosas que me sumen en una desazón espiritual tremenda (y la religión no es para
mi una respuesta, soy especialmente escéptica acerca de está). Creo que hay
profundas corrientes de bondad y generosidad en el mundo, hay días que esto es
autoevidente y otros que tengo que recordarlo.
Sobre el amor no se mucho, creo que es un concepto abstracto
que me parece sospechoso, sobre todo el amor romántico. Ahora la generosidad,
la amabilidad, el cuidado, la paciencia, el cariño, la hospitalidad, esos si
que me parecen tangibles y en esas cosas si que creo.
Aclaro, no creo que el amor no exista, pero creo que el
discurso y la promesa del amor romántico es el opio de las mujeres (una droga
que embelesa y atonta). Es absolutamente efectivo para hacernos dar vueltas en
un pequeño sistema solar domestico y privado, excluyéndonos de las esferas
publicas, de las esferas del poder social.
Uno de los aspectos que mas alimentan mi escepticismo, es
que el amor romántico, como se lo entiende tradicionalmente es estrictamente
heterosexual y tiene como final feliz el matrimonio y la maternidad. Es
decir, este amor romántico es
excluyente, es decir, tiene funciones de control social.
Y delinea el destino especialmente de las mujeres,
confinándola al espacio privado, especialmente si es madre, me explico ¿a
cuantos políticos les critican por dejar de lado a sus hijas e hijos?, a
ninguno, en cambio a las mujeres en la política les pasa a todas. Y si la mujer
en cuestión no se casó, o es solterona o madre soltera.
En fin, más que sentimiento puro o ideal a aspirar, es un
mandato social. No niego que enamorarse es mágico, que la pasión existe y se
siente y es algo bueno, pero esto de “con los ojos cerrados” como cantaba (Gloria Trevi, quien ahora canta
“y me solté el cabello”) me parece muy peligroso y poco amoroso.
Además, el mito nos pone a las mujeres en desventaja y en
una posición de forzada pasividad, los mitos del amor romántico (los cuentos de
hadas, y por ejemplo Twilight) implica que la princesa (personaje con quien la
niña se identifica) espera, a menudo en situación de cautividad que un hombre
venga a salvarla. Eso es lo que les enseña a ellas el mito, a ellos le enseña
que son un regalo de Dios para las mujeres. Daria es quien mejor lo explica:
En fin, no estoy contra el cariño, el cuidado, el deseo, la
amistad, y el amor genuino entre dos personas (de cualquier tipo), o tres
personas o X numero de personas, una relación que definitivamente costará
construir puesto que no hay demasiados modelos de amor igualitario alrrededor.
Pero que vale la pena imaginar, crear y vivir estos amores.
Estoy absolutamente en contra del amor romántico como
obligación y como modelo estándar y excluyente, que resguarda privilegios y
acceso a los espacios de poder e influencia solo a los hombres (y a cierto tipo
de hombres, por lo demás), confinando a las mujeres al espacio privado, y
convirtiéndolas en una categoría relacional: la madre y la esposa. Y no en una
persona
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