martes, 29 de junio de 2010

Princesa Anoréxica I Control Social




Por Beatriz Sotomayor


Hace unos cuantos meses descubrí el libro “el mito de la belleza” de Naomi Wolf (yo personalmente lo pondría en la lista de lecturas de la escuela).



La principal premisa de la autora era que la belleza era un efectivísimo método de control social, y que en verdad los estándares de belleza eran poco importantes, lo que si importaba es que fueran difíciles de alcanzar y cambiantes, es decir nunca podrían ser alcanzados y si lo eran… solo por poco tiempo. Es la lógica del burro, el palo y la zanahoria, solo que infinitamente más complejo, obviamente acá no importa el bienestar del burro, lo que importa es que haga lo que se quiere que haga. Y que no mire alrededor críticamente o buscando otras opciones, o se organice con otros burros, y se ponga burrista… jejeje


Desde esta lógica, la figura delgadísima, pero exuberante al mismo tiempo, es especialmente efectiva para fines de control social, porque no se suele dar en la naturaleza, y el pasar hambre tiene efectos debilitantes muy poderosos, como decía Virginia Wolf no se podía pensar bien, amar bien, dormir bien, si no había cenado bien. Y menos rebelarse, organizarse, hacer activismo y tratar de influir en la sociedad.



Antes de continuar, quiero señalar que este daño no es algo que el hombre de la calle nos haga a las mujeres (aunque muchos pueden ser cómplices, después de todo muchos se erigen en jueces de belleza), esto es sistémico y patriarcal, y además responde a los intereses de poderosísimas industrias, para quienes el ideal de belleza les reportan billones de dólares cada año.



Volviendo a la metáfora ¿Cuál es la zanahoria? Es la creencia de que si tan solo llegáramos a ser lo suficientemente bonitas el mundo estaría a nuestros pies… suena costo/beneficio razonable, esfuerzo/recompensa… solo por un pequeño detalle esto es totalmente falso, en un espacio donde es mejor ser bella que capaz no se premia el esfuerzo (es mas se da por sentado), y al final del día la belleza es subjetiva, la perfección jamás se alcanza y además la juventud es efímera.



Es mas a la gente que baja mucho de peso no les suele cambiar la vida, siguen siendo lxs mismxs, el estar delgada no implica que el príncipe Guillermo te vaya a buscar a la casa, y te pida matrimonio de rodillas en el jardín delantero. Esa es una ilusión, peor es un engaño deliberado por parte de algunas industrias. Desde mi experiencia personal como cercana a una mujer absolutamente despampanante, ella no experimento el glamour de Sex and the City, más bien experimento mucha atención indeseada.

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