Por Beatriz Sotomayor
Parte de los resultados del Censo 2012 |
En Junio de 2009 se promulgo len Chile la Ley 20.348 de Igualdad de Remuneraciones entre Hombres y Mujeres. Ley que los espiritus generosos califican meramente de "inoperante".
En el articulo de Macarena Scheuch para Radio Universidad de Chile "Expertos critican inoperancia de la ley ante aumento de brecha salarial entre hombres y mujeres" explica que "la ley de Igualdad Salarial de junio de 2009, establece el principio de igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres que realicen un mismo trabajo en una misma empresa"
Según datos de la Superintendencia de Pensiones, sobre mujeres que cotizan, si la brecha era de 66.080 mil pesos en 2009, actualmente asciende a 89.175 y la situación es especialmente evidente en actividades económicas como servicios sociales y de salud, donde el ingreso imponible de las mujeres es de 597 mil pesos versus 725 mil pesos de los hombres.Jaime Ruiz-Tagle, académico e investigador del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile explica los fenomenos detras del incremento de la brecha laboral entre los sectores con sueldo mas y bajos y entre los sectores con sueldos mas altos:
“Al ingresar al mercado laboral mujeres con menor capital humano van a entrar trabajadoras con sueldos más bajos que los que ya tienen las que están dentro del mercado laboral y eso va a hacer que el salario promedio de ellas disminuya. Eso, inevitablemente, va a ir en la dirección de agrandar la brecha gruesa que uno puede observar entre sueldos de hombres y mujeres. Ahora, el mayor drama al respecto es que la diferencia, en vez de decrecer con los niveles de educación va aumentando mientras más educadas son las mujeres y, por ejemplo, la brecha de salarios por hora cuando hay estudios terciarios llega al 30 por ciento”.
Según el Informe EL DERECHO A GANAR LO MISMO Ley 20.348: Igualdad
de remuneraciones entre hombres y mujeres (Santiago, marzo de 2011) de HELIA HENRÍQUEZ RIQUELME y VERÓNICA RIQUELME GIAGNONI, este seria un fenómeno universal
La diferencia entre salarios de hombres y de mujeres es universal, pero su impacto varía entre regiones y países. Son base estructural que ordena la participación femenina en los mercados laborales: la segregación de las ocupaciones y las prácticas que discriminan en razón del género. En general, las investigaciones dan cuenta de que los hombres ganan más que las mujeres en todas las edades, cualquiera sea su nivel de educación, en cualquier tipo de empleo o categoría ocupacional -sea cuenta propia, empleador o empleado- y tanto en empresas grandes como pequeñas. Aunque resulta muy difícil comparar la diferencia salarial entre hombres y mujeres en distintos países, debido a las distintas formas de medición y en ocasiones por la ausencia de información, se estima que la brecha a nivel mundial sería, en promedio, de 15,6%, y oscilaría entre 30 y 10% (OIT, 2008). Para Europa es de 17% y se ha estimado que una mujer debe trabajar un mes y 22 días más en un año para ganar lo mismo que un hombre. En América Latina, el salario promedio por hora trabajada por atrás, al 91% del salario promedio del hombre, aunque esta cifra admite muchas variaciones (OIT, 2001).Una de las causas o justificaciones, señala el informe, detrás de esta inequidad es la creencia muy sexista de que el principal ingreso del hogar es el del marido, asumiendo así que todas las mujeres son heterosexuales y están o deberían estar casadas, y su ingreso seria secundario. Y la creencia también de que su trabajo es secundario al de los hombres.
El ingreso de las mujeres que trabajan suele ser calificado de “secundario”, ya que el jefe de hogar hombre es quien –se supone- satisface el grueso de las necesidades. Pero ésta es una figura tradicional que ha perdido validez aceleradamente y obliga a dejar de lado esta visión: hoy, un tercio (33.1 %) de los hogares chilenos tiene como jefa a una mujer; y esta proporción aumenta al 43.2% en los hogares pobres y a casi la mitad - 47.9%- en los indigentes (Casen 2009). En estos casos, lejos de ser un aporte complementario es, en ocasiones, el único.
En los hogares con más de un ingreso, el aporte económico de las mujeres varía en forma inversamente proporcional al monto del ingreso total en el hogar. En los más ricos (ubicados en el quinto quintil de ingresos), el 35% es aportado por las mujeres, mientras que en los más pobres, esta participación sube al 45.2%, es decir, a casi la mitad.El Censo 2012, señala que más de un tercio (36.38 %) de los hogares chilenos tiene como jefa a una mujer (1.832.178).
Según el Informe, EL DERECHO A GANAR LO MISMO Ley 20.348: Igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres (Santiago, marzo de 2011) de HELIA HENRÍQUEZ RIQUELME y VERÓNICA RIQUELME GIAGNONI, ideas estereotipadas y erróneas como que la mujer no debería trabajar y enfocarse en la crianza de los hijos, ignorando el pequeño detalle de "como #$%/&**&$#! los va a alimentar" o que es caro contratar a mujeres, dificultan la inserción y avance de las mujeres en el mercado laboral. Es más:
Diversos estudios en Brasil, Argentina,Uruguay y Chile cuestionan la idea tan difundida que considera más costoso contratar a una mujer que a un hombre (Abramo L. y Todaro R. (OIT, 2002) Cuestionando un mito: costos laborales de hombres y mujeres en América Latina).
La situación en Chile
Según el informe El Derecho a Ganar lo Mismo la inequidad salarial se intensifica a medida que aumenta el nivel educacional:
Utilizando los datos de la Encuesta de Empleo de la Universidad de Chile, el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD 2010) señala que en los años 60 las chilenas ganaban, en promedio, la mitad de lo que obtenían los hombres.
Esta amplia brecha ha ido reduciéndose, según la tendencia confirmada por diversos análisis realizados en las últimas décadas. En los datos de la encuesta Casen (Mideplan) la brecha de género en cuanto al ingreso promedio por hora de asalariados era de 20,1%, en 1990 y había bajado a 15,8% en 2009. Por su parte, la Encuesta Suplementaria de Ingresos (INE) mostró que en el trimestre octubre-diciembre de 2009, la brecha de los salarios entre hombres y mujeres, calculada según los ingresos promedio mensuales, era de 12,7%.
Al desagregar la información por nivel de estudio, las cifras demuestran que –al igual que en otros países- la brecha entre ingresos promedio por hora de hombres y mujeres aumenta en la medida en que lo hace el nivel educacional. Así, entre asalariados y asalariadas con educación universitaria y de postgrado supera el 35%, mientras que en el segmento con educación básica o primaria, solo alcanza al 13,9%.
Otro aspecto en el que coinciden los estudios es que la brecha entre remuneraciones aumenta al subir el nivel de ingresos. Para Chile, la encuesta Casen deja ver que, entre 1990 y 2009 -es decir, en un periodo de casi 20 años- esta diferencia se redujo de manera general, pero permaneció más amplia en los sectores de mayores ingresos, siendo muy escasa en el primer quintil de ingreso autónomo del hogar, que refleja la realidad de las familias más pobres del país.
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