Por Beatriz Sotomayor
Ya he mencionado el libro “el mito de la belleza” de Naomi Wolf (y mi deseo de incluirlo en el currículo académico).
La principal premisa de la autora era que la belleza era un efectivísimo método de control social, y que en verdad los estándares de belleza eran poco importantes, lo que si importaba es que fueran difíciles de alcanzar y cambiantes, es decir nunca podrían ser alcanzados y si lo eran… solo por poco tiempo, es la lógica del burro, el palo y la zanahoria, solo que infinitamente más complejo, obviamente acá no importa el bienestar del burro, lo que importa es que haga lo que se quiere que haga.
Para ilustrar la tesis, por puro azar me encontré con un artículo, que señala que la misma Barbie de mattel ha experimentado un rechazo público por parte de un diseñador de zapatos que opinó que las pantorrillas de la diva de plástico son gordas, y una cirujana plástica lo confirma, acá va la traducción de esta joya de lo absurdo, pero que ejemplifica como los estándares de belleza son difíciles de alcanzar y cambiantes (ni Barbie está a salvo):
El siempre famoso diseñador de zapatos Christian Louboutin no es un fan de Barbie para nada e incluso dijo que las pantorrillas de Barbie eran “muy gordas” para sus deseados zapatos.
Barbie quien cumplió 50 este año, y que mantiene el cuerpo de una adolescente, tiene su físico cuestionado por la moda. El diseñador frances Christian Louboutin, conocido por sus altos stilettos y suela roja, dijo que Barbie necesita esforzarse un poco antes de que ella pueda tener un par de sus zapatos.
“Ella realmente no tiene una curva en la pantorrilla y baja directo al tobillo”, dice la Dra. Michelle Copeland, una cirujana plástica certificada, que se especializa en pantorrillas y tobillos gordos. “En la situación de Barbie puede haber algo en lado interior que podamos mejorar, pero Barbie luce bastante bien.”
Si tan solo Barbie pudiera oír lo que dijo Louboutin, de seguro seria como una cachetada! Ouch!
Si Barbie fuera una mujer real, el artículo citado asume que sería un golpe doloroso a su autoestima, pero Barbie:
¿debería tomar en serio la opinión de un diseñador de zapatos relamido y caprichoso?, ¿es él acaso una fuente valida de opinión? no lo creo, es un tipo que hace bonitos zapatos…
Barbie debería reírse en la cara de este zapatero sobrevalorado, pero entonces, ¿debería escuchar a la autoridad médica?, ¿te refieres aquella cuyo negocio depende de que sus clientas odien sus pantorrillas y deseen someterse a dolorosos procedimientos en esa área?, ¿no es una fuente un tanto interesada?...
si, en verdad…
¿A quién debería escuchar Barbie? ¿Quizás a ella misma?, ¿a su cuerpo que no quiere tener silicona en las pantorrillas?, ¿a sus pies que seguramente no desean calzar esos tacos monstruosamente altos, que jamás se diseñaron para caminar?.
Dejando a un lado el tema de la barbie; en mi opinión me parece que el feminismo es casi tan destructivo para la sociedad como lo es el machismo. Opino que ninguna de las dos posturas lucha con objetividad sobre la otra, y ninguna le hace bien a nuestra sociedad. Eso si, está claro, el mundo es machista desde tiempos bíblicos, pero la imaginarse un mundo con mas presencia feminista tampoco aporta a la espiritualidad y salud de nuestra sociedad.
ResponderEliminarEstimado Carlos el feminismo tiene varias etapas en la historia desde el radical hasta le intitucionalizado... no todos los feminismos tienen el obejtivo de erradicar al hombre de la sociedad si no mas bien erradicar la soboriancion que se nos ha impuesto como genero te recomiendo que leas el diccionario del feminsmo..
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