Por Beatriz Sotomayor
Esta noche estaba revisando un texto muy interesante de masculinidades: Los hombres, la igualdad y las nuevas masculinidades, editado por EMAKUNDE-Instituto Vasco de la Mujer, que vendría a complementar el artículo anterior sobre la anorexia y la misoginia de las mujeres:
“en los extremos de la sumisión al modelo hegemónico tanto de feminidad (anorexia) como de masculinidad existe una elevada susceptibilidad a poner la vida al servicio de la afirmación de género, elevando este elemento subjetivo al principal rasgo identitario de la persona. Los accidentes laborales, de coche o moto, o en las prácticas deportivas de riesgo, la adquisición de enfermedades de transmisión sexual o sida por no utilizar preservativos, las peleas e incluso participar en ejércitos y conflictos armados, o en grupos violentos o paramilitares, son algunas de las prácticas extremas dentro del modelo de masculinidad hegemónica”.
Tiene sentido que la anoréxica y el temerario sean los alumnos destacados del mandato de género.
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